No busquen en estas líneas un artículo de investigación. No lo es. Ni siquiera es una aproximación histórica. No lo pretende. Simplemente es una comentario, un poco más largo, es verdad, pero eso, un comentario sobre uno de los actos que forman parte del programa de actos de esta Fira d’Agost. No es un uno de los actos multitudinarios del campo de la Murta, tampoco de los de la Plaça del Mercat. Tal vez ni siquiera despierte su interés dentro del extenso programa de nuestra fiesta grande pero, si como está mandado, pasea por el Real por la mañana, seguramente se encontrará con él. Es un acto deportivo. Tal vez crea que les estoy hablando de la simultánea de ajedrez o de alguna concentración motera pero no, les estoy hablando del un torneo de tenis de mesa, o mejor dicho, para acentuar su carácter popular, un torneo de ping pong.
Fui antes jugador de ping pong que maestro o redactor. Sigo siendo jugador y espero serlo muchos años más. La ilusión de mi compañero Amadeo Pla y la mía propia es conseguir un puesto de privilegio en un Campeonato de España, aunque sea para mayores de 40, 50 ó 60 años. Mucho me ha aportado este deporte y cuando miro hacia atrás buscando el inicio, el primer contacto con él, me encuentro con el torneo de la Fira d’Agost.
Les contaré primero lo que me ha contado otro jugador aún en activo. Se llama Julio Gramache y es de Manuel. Él me ha contado que, como otros muchos jóvenes de la comarca, cada Fira d’Agost se desplazaba a Xàtiva para participar en su torneo de ping pong. Vivía en Manuel y en su primera participación vino en bicicleta. Fue llegar, extenuado, y ponerse a jugar. No ganó el torneo y el viaje en bicicleta hasta Manuel, entre lloros, se le hizo muy largo. Al año siguiente la cosa cambió. Un amigó, “Pepino”, enganchó su bicicleta a su vehículo y llegó a Xàtiva antes y con más fuerzas. Ese año ganó el torneo. Recuerda cómo fue recibido en su casa y en su pueblo, casi como un héroe. Al año siguiente volvió a participar y volvió a ganarlo. Amigablemente le invitaron a no volver más. No lo hizo, aunque fue por otros motivos. Fue a mediados de la década de los 70. Entonces, me cuenta, el ping pong era uno de los atractivos de los salones recreativos. Muchos jugaban con la raqueta de corcho aunque él ya lo hizo con raqueta con gomas, con una “Stiga Cobra”. Como rivales tuvo a jugadores que luego fueron los que iniciaron la andadura del Tennis Taula Xàtiva Club: Sisternes, Pepín Roca, Serique… Me ha contado incluso una entrega de premios extraordinaria pues no fue en el Real sino en el Gran Teatre. En la década de los 70 el torneo de ping pong de la Feria de Xàtiva era una referencia comarcal y gozaba de gran prestigio. Entonces no importaba que soplara de vez en cuando una brisa en el Real, o que te molestara el sol, o que el suelo fuera de adoquines o estuviera mojado. Lo importante era jugar y ganar.
Les cuento en segundo lugar lo que me ha contado uno de los grandes del tenis de mesa setabense: José Enrique Lluch “Serique”. Es mi hermano. Ha sido el impulsor del tenis de mesa federado en Xàtiva y fue el primer entrenador de muchos jugadores. Él y Pepín Roca, tras el último éxito de Gramache, a quien recuerda por haber sido el primer jugador “profesional” que vio, inscribieron el club de Xàtiva en la Federación, entonces provincial, con sede en Benifaió. Se inició así la historia de uno de los clubes locales con mayor trayectoria. Me ha hablado de sus inicios en el ping-pong, de las mesas que había en la OJE (en la Plaza de la Trinitat), de las mesas en los futbolines (nuestro padre regentó uno de esos salones), de Juan Párraga, como el mejor jugador setabense que había con raqueta de corcho, de la Universidad Laboral de Cheste donde destacó otro jugador setabense, Ballester, el rival a batir en esos primeros años, de pretemporadas en “El Campo”, de una primera mesa formada por un tablero pintado de rojo y unas banquetas, del libro amarillo de la Federación Española con ejercicios técnicos y físicos. Muchos nombres además del de Pepín Roca (otro de los grandes del tenis de mesa setabense): Ximo Roca, Cháfer, Sisternes, Juan Vicente Matéu, Climent, Saoro Gómez, Todolí, Amadeo y sobre todo, un alzireño, Alberto Santamaría, con quien compitió en muchas de las finales del torneo de feria. Siguieron el camino otros jóvenes como Cucó, Fredy Langa, Jorge Herrero, Cano y otros más incluido quien este artículo escribe.
Llegaría aún otra generación más, la de mi otro hermano, Kiko. Si tres hermanos hemos participado en este torneo, y del mayor al pequeño van once años, queda demostrado lo “tradicional” que era que formara parte del programa de actos. Esta generación ya estuvo integrada por, casi por completo, jugadores formados en la escuela del club. Con Roberto Sanchis y David Casesnoves se vivieron las partidas más emocionantes. Recuerda Kiko a un jugador francés, de vacaciones en Xàtiva, que lo ganó casi todo. Se añadieron más nombres a la lista de participantes: Ricardo Soriano, Rubén Garzó, Silverio, Fructuoso Sanz…
El torneo de la Fira creció como el club. Llegó a contar con competiciones por edades, con competiciones por equipos con participación de equipos de toda la Comunitat, torneos que se disputaban en muchos casos en instalaciones ya “a cubierto” como el Círculo Mercantil, entonces lugar de entrenamiento de club. Se llegó a jugar en su patio y se llegó a organizar competición de dobles.
El club creció con la referencia del torneo y fue este torneo de calle el auténtico vivero de jugadores del club, un club que ha dado campeones autonómicos como Rafa del Valle y que, actualmente, como equipo, milita en la primera división nacional. El Tennis Taula Xàtiva Club existe porque se jugaba un torneo en la Fira d’Agost.
Personalmente creo que no se puede hablar de un único motivo para justificar la desaparición posterior del torneo. Las mesas de tenis de mesa fueron desapareciendo de los salones recreativos lo que redujo el número de jugadores. La paleta de corcho dio paso a la de gomas. La raqueta de corcho representaba la universalización de este deporte: todos jugaban con la misma herramienta. Las gomas, capaces de darle efectos y velocidad a la pelota, empezaron a establecer diferencias. Si bien el torneo facilitó la creación de un club de tenis de mesa en Xàtiva que hoy en día aún se mantiene, la creación de ese club obligó a sus componentes a entrenar y competir durante casi todo el año, a jugar en mejores condiciones, a buscar espacios “cerrados”. Cambiaron las cosas. También hubo “agotamiento” en los organizadores o falta de interés en los promotores.
Ahora, ya en el siglo XXI, el tenis de mesa es deporte olímpico. Ha cambiado mucho en cuanto a materiales y reglamento. Es una modalidad que crece en la Comunitat Valenciana en número de licencias y en presencia nacional e internacional. La Federación de Tennis Taula de la Comunitat Valenciana tutela a clubes y jugadores, hay un Centro de Tecnificación Deportiva en Cheste. Pero, al menos quien esto escribe, no olvida que el principio fueron dos mesas en el Real de la Feria, paletas de corcho y una pelota que el aire movía haciendo imprevisible su trayectoria. La Feria es el mejor escaparate posible para un club y por eso, desde el Tennis Taula Xàtiva Club, se quiere intentar de nuevo, sacar el deporte a la calle, al Real. Este año, en el programa de actos, busquen el torneo de ping-pong, un torneo abierto, para no federados. Mucha gente sigue practicando el tenis de mesa en su chalet, en su casa incluso, porque es divertido, fácil de entender y de iniciación sencilla (basta con pasar la pelota al otro lado de la red) y además, algo muy valorado en estos tiempos, se suda mucho. Con eso basta para algunos. Aunque, seguro, alguien habrá que querrá más y que querrá aprender más, y que querrá pasar de una afición a la práctica de un deporte. Es un paso, el de la afición al deporte, en ocasiones no entendido o infravalorado. El tenis de mesa federado exige entrenamientos, aprender la técnica, la táctica. La afición conduce al deporte y el torneo de la Fira d’Agost puede ayudar a dar ese paso. Por eso se va a volver a intentar: este año el ping-pong volverá al Real, un escenario de donde nunca debió bajar. Este año se volverá a jugar a ping pong en el Real. La cita: 19 de agosto desde las nueve y media de la mañana.
Equipo de veteranos con un "terminator" de derecha (Navarro) en sus filas. Dobón encontró su distancia y su juego aunque no pudo con su rival. Francisco estuvo más incómodo que en los últimos encuentros, no encontró ninguno de sus golpes ofensivos.
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